
Política
El momento de Óscar Ortiz La ciudadanía esperaba un cambio más extenso en el Gabinete, el énfasis ha sido el sector económico, empoderando al vicepresidente Óscar Ortiz.
Menos discursos y más acción. Dejar atrás las confrontaciones inútiles y resolver el estancamiento económico, apostar a necesarios entendimientos y a una transición ordenada y pacífica.
Las dos posiciones más importantes del gabinete de Salvador Sánchez Cerén fueron ocupadas ayer por dos funcionarios que se caracterizan por la búsqueda de entendimientos y diálogo, que tienen buena relación con diversos sectores del país y que han estado alejados de las grandes confrontaciones políticas del oficialismo.
El vicepresidente Óscar Ortiz será el nuevo Secretario Técnico de la Presidencia y Roberto Lorenzana el Secretario de Gobernabilidad y Comunicaciones, es decir, la fusión del puesto dejado vacante por el fallecido secretario Hato Hasbún y la posición que ocupaba Eugenio Chicas.
Ciertamente se esperaban y eran necesarios más cambios en diversas áreas del Gabinete, pero Sánchez Cerén parece haberse inclinado por funcionarios que construyen puentes y no por aquellos que los queman. Es una pena que esta decisión haya sucedido solo en su último año de Gobierno y obligado por las circunstancias derivadas de la derrota electoral del 4 de marzo.
El presidente Sánchez Cerén elogiaba ayer a Ortiz por su “carácter ejecutivo y dinámico, así como la efectividad en el desempeño de su trabajo”. Y a Lorenzana le elogiaba “su amplia experiencia, la capacidad de entendimiento y negociación efectiva con diversos sectores”.
Ahora toca demostrar de lo que son capaces. Ser ejecutores y resolver tantas trabas que han caracterizado a este Gobierno.
El cambio en Hacienda también parece dar certidumbre. El nuevo ministro ha estado a la par de su antecesor y tiene la enorme responsabilidad de mantener la macroeconomía sin sobresaltos, con la difícil situación fiscal y el panorama legislativo en contra. Otra opción hubiera sido catastrófica y un pésimo mensaje.
Creer que el problema solo es de percepción o de fallas en comunicaciones es tener vista corta. Hay profundos problemas que necesitan solución y por eso la población demandaba más cambios en otras áreas que sorpresivamente no se han tocado.
El gobierno ha tenido poca acción real, palpable por la ciudadanía. Ha vivido a base de análisis-parálisis, de estancamientos inútiles en la burocracia estatal, de confrontaciones absurdas con la empresa privada, la Sala de lo Constitucional y los medios de comunicación. Seguir por esa senda solo terminará de complicar a un gobierno que ya va de salida. De manera que el principal desafío del vicepresidente Ortiz y del secretario Lorenzana serán revertir esa conducta y dirigir una transición pacífica y ordenada de Gobierno. El país espera menos discursos y más acción.